Se propone una residencia de estudiantes en la Avenida Meridiana con esquina en la calle Garcilaso.

Se trata de un emplazamiento con una forma irregular en el cual atraviesa un pasaje (Pasaje Torres), que dispone de una serie de casas unifamiliares de dos plantas a mantener.

Teniendo en cuenta un entorno muy transitado y por lo tanto ruidoso, se estudia la disposición del edificio en forma de barras que se integran en esta forma compleja del solar y forman una serie de espacios libres en su interior, protegidos del ajetreo constante en el entorno más inmediato. 

Estos patios funcionan a modo de zona comunitaria para los usuarios de las habitaciones que abastecen, y a su vez, como filtro para facilitar la intimidad en las estancias que se disponen en planta baja.

Finalmente, una serie de apartamentos vinculados a la residencia, se ubican en el pasaje, enfrontados a las casas existentes proporcionando una zona más independiente pero sin dejar de formar parte del complejo.

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